miércoles, 10 de enero de 2024

Bautismos y Laberintos / Baptisms and Labyrinths

 


Su situación, podría definir, a la perfección, cualquiera de esos pintorescos pueblecitos montañeses que tanta ensoñación provocaban en el ánimo de Hermann Hesse durante sus liberadores paseos por los Alpes, hasta el punto de inspirarle un hermoso librito, de textos y poemas, que, como no podía ser de otra manera, lleva por título el cariñoso apodo por el que yo mismo fui conocido, hace ya, en cuanto a mis recuerdos se refiere, toda una eternidad: el Caminante. Pero no tengo constancia de que Hesse, como aquél otro inolvidable navegante del inconsciente colectivo, C.G. Jung, se tropezaran, en su camino, con algo tan artístico, tan simbólico y tan fundamental, como ésta maravillosa pila bautismal, que todavía ejerce su sana y resiliente labor, apartada en un oscuro rincón, entre la nave y el coro de la vieja iglesia de un pueblo venido a menos, perdido en las infinitas soledades de la ardua e inexorable meseta castellana.


Por supuesto, nada se sabe del anónimo cantero que la labró, salvo -y esto son especulaciones propias- que debió de ser, en una era tan temprana, como el siglo XII, otro navegante de los mares de lo Incognoscible, que, con una habilidad casi infantil, labró en ella los dos símbolos más representativos, a mi juicio, de la vida: el laberinto y el báculo de la maestría. La vida, que para un cristiano comienza con las aguas del bautismo y cuya travesía, como la del héroe Ulises, supone un cúmulo de situaciones laberínticas, donde existir ya se convierten en una apasionante aventura, cuyos caminos no siempre llevan al centro y donde cada traspiés puede servir como impulso para volver a empezar y continuar avanzando, siendo, los triunfos y los fracasos, esa dura prueba de selectividad que te hace alcanzar el báculo de maestro, si bien es cierto, que, como dijo muy acertadamente Antonio Machado, tarde sabemos lo que se puede llegar a aprender.


Its situation could perfectly define any of those picturesque little mountain villages that provoked so much reverie in the spirit of Hermann Hesse during his liberating walks through the Alps, to the point of inspiring him a beautiful little book of texts and poems, which, as it could not be otherwise, its title is the affectionate nickname by which I myself was known, as far as my memories are concerned, an eternity ago: the Walker. But I am not aware that Hesse, like that other unforgettable navigator of the collective unconscious, C.G. Jung, they will stumble upon, on their way, something as artistic, so symbolic and so fundamental, as this wonderful baptismal font, which still carries out its healthy and resilient work, secluded in a dark corner, between the nave and the choir of the old church of a town that has fallen into disrepair, lost in the infinite solitudes of the arduous and inexorable Castilian plateau.


Of course, nothing is known about the anonymous stonemason who carved it, except - and this is my own speculation - that he must have been, in an era as early as the 12th century, another navigator of the seas of the Unknowable, who, with a almost childish skill, he carved into it the two most representative symbols, in my opinion, of life: the labyrinth and the staff of mastery. Life, which for a Christian begins with the waters of baptism and whose journey, like that of the hero Ulysses, involves a cluster of labyrinthine situations, where existing becomes an exciting adventure, whose paths do not always lead to the center and where each setbacks can serve as an impetus to start over and continue moving forward, with triumphs and failures being that hard test of selectivity that makes you reach the master's staff, although it is true that, as Antonio Machado very aptly said, late we know what can be learned.



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miércoles, 13 de septiembre de 2023

[SPN-ENG] Las velas del Espíritu / The sails of the Spirit

 


Comentaba Eugene Canseliet, en el prólogo de la primera edición de una obra inmortal, que lleva por título ‘El misterio de las catedrales’, que hace mucho tiempo que Fulcanelli, su misterioso autor, no está ya entre nosotros. Esto acaecía hace casi cien años, en 1925, y tanto Fulcanelli, como las catedrales medievales, no sólo continúan siendo un fascinante enigma, sino que, además, su ‘magia’ persiste, en cuanto, que, cual enigmáticas esfinges insisten en poner a prueba la perspicacia del observador, desafiando, a la vez, su imaginación.




No en vano sentó cátedra Goethe -recreador, entre otras maravillosas obras, de la historia del doctor Fausto, personaje, que, al igual que el mítico Apolonio de Tiana, navega en las inciertas fronteras de la realidad y de la leyenda- cuando afirmó que los constructores de catedrales buscaban a Dios en las alturas. Y es, precisamente, cuando se entra en una catedral gótica, a las alturas donde hay que mirar, para presentir, cuando se aprecian esas bóvedas, maravillosamente desplegadas en forma de velas, que uno se encuentra en un metafórico navío -semejante a la nave que no ha de tornar, de Machado, a los barcos solares de los faraones o incluso a aquélla otra nave, élfica y maravillosa que Tolkien puso a disposición de Bilbo para realizar su última travesía hacia el Oeste- capaz de transportar al Espíritu hacia horizontes inimaginables, en una prodigiosa travesía a través de los inciertos mares de lo Incognoscible.



Eugene Canseliet commented, in the prologue of the first edition of an immortal work, entitled 'The Mystery of the Cathedrals', that Fulcanelli, its mysterious author, has not been among us for a long time. This happened almost a hundred years ago, in 1925, and both Fulcanelli and the medieval cathedrals not only continue to be a fascinating enigma, but also their 'magic' persists, in that, like enigmatic sphinxes, they insist on placing It tests the observer's insight, while challenging his imagination.



It was not in vain that Goethe - recreator, among other wonderful works, of the story of Dr. Faust, a character who, like the mythical Apollonius of Tyana, navigates the uncertain frontiers of reality and legend - set the tone when he stated that the builders of cathedrals sought God in the highest places. And it is, precisely, when you enter a Gothic cathedral, at the heights where you have to look, to sense, when you appreciate those vaults, wonderfully displayed in the shape of sails, that you find yourself in a metaphorical ship - similar to the nave that it must not return, by Machado, to the solar ships of the pharaohs or even to that other ship, elven and wonderful that Tolkien put at Bilbo's disposal to make his last journey towards the West - capable of transporting the Spirit to unimaginable horizons , on a prodigious journey through the uncertain seas of the Unknowable.



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lunes, 11 de septiembre de 2023

[SPN-ENG] Belleza y simbología oculta / Beauty and hidden symbology

 

Uno de los escenarios más hermosos e impactantes, dentro de ese metafórico conjunto de fantasía geométrica, que, sin duda alguna, define a una catedral, como la de Burgos, es el plano general, sobre el que se asienta una de las principales entradas: la Puerta de Santa María. Con la elegancia de sus esbeltas torres, coronadas por sutiles pináculos, que se van estrechando, hasta similar sendas lanzas apuntando hacia el incognoscible infinito, este lugar, de Luz y Belleza, continúa sorprendiendo, pedagógicamente, inmutable en su sueño de siglos, testigo de una época donde la fe y la arquitectura, comenzaban a mirar hacia lo alto, en dirección a unas constelaciones de estrellas, cuya forma quedaba inadvertidamente diseñada sobre el plano.


También en su escultura, afectada ésta, no obstante, por los cambios trascendentales de unas modas y unos estilos que, cual si fueran humanos, obedecían, también, a las leyes inmutables de la evolución, todavía se pueden apreciar, semi ocultas, en ese juego de formas encadenadas, bambalinas y misterios, una parte primordial de los antiguos símbolos, cuyo conocimiento y a la vez, reconocimiento, formaba parte de la sabiduría de las hermandades de albañiles que iban dejando su huella particular a lo largo de los caminos. Como el fabuloso Sello de Salomón o la perfecta unión de los contrarios, que conforma, cuando menos, uno de los mensajes clave, contenidos en su formidable rosetón.


One of the most beautiful and impressive settings, within that metaphorical set of geometric fantasy, which, without a doubt, defines a cathedral, like the one in Burgos, is the general plan, on which one of the main entrances sits: the Gate of Santa Maria. With the elegance of its slender towers, crowned by subtle pinnacles, which narrow until similar to spears pointing towards the unknowable infinity, this place of Light and Beauty continues to amaze, pedagogically, immutable in its centuries-old dream, witness of a time when faith and architecture began to look up, in the direction of some constellations of stars, whose shape was inadvertently designed on the plane.



Also in his sculpture, affected, however, by the transcendental changes in fashions and styles that, as if they were human, also obeyed the immutable laws of evolution, can still be seen, semi-hidden, in that game of chained shapes, scenes and mysteries, a fundamental part of the ancient symbols, whose knowledge and, at the same time, recognition, formed part of the wisdom of the brotherhoods of bricklayers who were leaving their particular mark along the roads. Like the fabulous Seal of Solomon or the perfect union of opposites, which makes up at least one of the key messages contained in its formidable rose window.



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martes, 11 de abril de 2023

[SPN-ENG] Circe

 


No siempre fue así: en otros tiempos, donde la épica brillaba con todo el esplendor del mito y sea porque el mar y el viento se transformaron, irremediablemente, en el mazo y en el escoplo con los que pacientemente la Naturaleza fue esculpiendo la piedra de este mundo o, porque, en ese fondo de verdad que siempre subyace en todas las leyendas, Circe, despechada por la partida de Ulises, descargara toda su furia y derribara con sus poderes sobrenaturales el hermoso puente que lo unía con la costa, lo cierto es que este lugar ya no volvió a ser el mismo y a partir de entonces, adquirió, entre los curtidos pescadores de la zona, una insólita mala fama, hasta el punto de que procuraban mantener siempre a distancia las proas de sus pequeñas embarcaciones.



De aquél intrépido Ulises, se cuenta que continuó viaje y que habiendo superado con creces la edad en la que Dante encontró la iluminación para escribir la Divina Comedia, llegó por fin a Ítaca, siendo ya muy viejo y estando muy cansado, pero feliz de cuantas experiencias y aventuras había tenido en su camino. Nada se volvió a saber de Circe, salvo que se recluyó en lo más profundo de su desmochado palacio marino, languideciendo lentamente, mientras veía los barcos pasar, sin otra compañía que las gaviotas, que, ocasionalmente, acudían a aparearse en la cima y ajena, dada su condición de inmortal, a esas horas que hieren al hombre, completamente a salvo de la última, que es, en realidad, la que lo mata.



It was not always like this: in other times, when the epic shone with all the splendor of the myth and it is because the sea and the wind were transformed, inevitably, into the mallet and the chisel with which Nature patiently sculpted the stone of this world or, because, in that depth of truth that always underlies all legends, Circe, spiteful for the departure of Ulysses, unleashed all her fury and demolished with her supernatural powers the beautiful bridge that linked it to the coast, the truth It is that this place was never the same again and from then on, it acquired an unusually bad reputation among the hardened fishermen of the area, to the point that they always tried to keep the prows of their small boats at a distance.




It is said of that intrepid Ulysses that he continued his journey and that, having far exceeded the age at which Dante found enlightenment to write the Divine Comedy, he finally arrived in Ithaca, being already very old and very tired, but happy with how many experiences and adventures he had had on his way. Nothing was heard from Circe again, except that she secluded herself in the depths of her pollarded marine palace, slowly languishing, while she watched the ships go by, with no other company than the seagulls, which occasionally came to mate on the top and strangers, given his immortal status, at those hours that hurt man, completely safe from the last one, which is, in reality, the one that kills him.



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martes, 4 de abril de 2023

[SPN-ENG] Justicia poética / Poetic justice

 


Cierto que no son comparables, salvo como modelos, cuyo similar destino, salvando, por supuesto estilos, distancias y sobre todo, esa insuperable barrera temporal que se puede calcular en milenios, resulta, cuando menos, comentables como hitos significativos de Madrid: el mágico templo egipcio de Debod y las no menos mágicas, aunque quizás sí más melancólicas y maltratadas piedras de una vieja iglesia románica, del siglo XII. Desde su vapuleada portada o incluso desde su elegante ábside, incapaz de competir en altura con la famosa torre -desde luego, no la clásica de Babel, pero sí la que señala, como un faro contemporáneo, la popular Avenida de Menéndez Pelayo- nadie se atrevería a emular la famosa frase de Napoleón a sus tropas, pronunciada desde ese monumental pabellón de la Gran Pirámide, salvo para decir, con mucha más humildad, aquello de: ‘desde esta piedras ancestrales, al menos un milenio de Historia os contemplan’. De lo cual se sentirán orgullosas, aquellas manos, anónimas y artesanas, que las levantaron, en virtud de unos conceptos de geometría, en su caso, sin duda alguna siguiendo escrupulosamente unos patrones eminentemente sagrados.


Pero, igualmente, esas mismas manos, se sentirían notoriamente desconcertadas, al ver los restos de su magnífico templo, desplazados algo más de cien kilómetros de su emplazamiento original y pensarían, no sin razón, ateniéndonos a las creencias de su época, en la intervención del Diablo. El mismo, que, al decir del pueblo, cuando no tiene nada que hacer, mata moscas con el rabo. No obstante, quizás pudiera darse el caso, además, de que, viendo la grandiosa acción conmiserativa de la Naturaleza, y pensando en esa justicia poética con la que ésta, al fin y al cabo, mide a todas las cosas, haciendo del entorno que rodea a las viejas piedras un marco perfecto para una de sus cualidades más sublimes, la belleza, aplique, de alguna manera callada, una justicia más liberal que la ejercen los hombres.


It is true that they are not comparable, except as models, whose similar destiny, saving, of course, styles, distances and above all, that insurmountable time barrier that can be calculated in millennia, is, at least, commendable as significant landmarks in Madrid: the magical Egyptian temple of Debod and the no less magical, although perhaps more melancholic and mistreated stones of an old Romanesque church, from the 12th century. From its battered doorway or even from its elegant apse, unable to compete in height with the famous tower -of course, not the classic one from Babel, but the one that points out, like a contemporary lighthouse, the popular Avenida de Menéndez Pelayo- no one notices. I would dare to emulate Napoleon's famous phrase to his troops, pronounced from that monumental pavilion of the Great Pyramid, except to say, with much more humility, that of: 'from these ancestral stones, at least a millennium of History contemplate you'. Of which they will feel proud, those hands, anonymous and artisans, who raised them, by virtue of some concepts of geometry, in their case, without a doubt, scrupulously following eminently sacred patterns.


But equally, those same hands would feel obviously disconcerted when seeing the remains of their magnificent temple, displaced a little over a hundred kilometers from their original location and they would think, not without reason, in keeping with the beliefs of their time, in the intervention of the Devil. The same one, who, according to the people, when he has nothing to do, kills flies with his tail. However, perhaps it could be the case, in addition, that, seeing the great compassionate action of Nature, and thinking of that poetic justice with which it, after all, measures all things, making the environment that A perfect frame surrounds the old stones for one of its most sublime qualities, beauty, apply, in some quiet way, a more liberal justice than is exercised by men.


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viernes, 3 de febrero de 2023

La Utopía / The Utopia

 


Para aquel extraordinario filósofo griego, Platón, no era, sino el amanecer, el momento más apropiado del día, para dedicarlo a contemplación, a la reflexión y a la solución de problemas. Por eso, entre otras razones, era una recomendación que iba especialmente dirigida a las castas plenipotenciarias, lo que nos lleva a suponer, que en el mundo, después de todo y vista su trayectoria, harían falta más filósofos y menos estadistas, para que la humanidad, después de siglos de dejarse influenciar por la oscuridad, aprendiera a valorar más el milagro de la luz, liberándose de esa implacable presión, que, sobre su frágil conciencia, ha desatado siempre la perversa influencia de la sombra. Pero claro, eso se enmarcaría dentro de los deseos que miran con nostalgia, aunque no exentos de esperanzador optimismo, hacia las fronteras imposibles, de algo tan maravilloso y a la vez, tan inalcanzable, como es la Utopía.


For that extraordinary Greek philosopher, Plato, it was only dawn, the most appropriate moment of the day, to dedicate it to contemplation, reflection and problem solving. For this reason, among other reasons, it was a recommendation that was especially addressed to the plenipotentiary castes, which leads us to suppose that in the world, after all and given its trajectory, more philosophers and fewer statesmen would be needed for the Humanity, after centuries of allowing itself to be influenced by darkness, would learn to appreciate more the miracle of light, freeing itself from that relentless pressure, which, on its fragile conscience, has always unleashed the perverse influence of the shadow. But of course, that would be framed within the desires that look with nostalgia, although not exempt from hopeful optimism, towards the impossible frontiers, of something so wonderful and, at the same time, so unattainable, such as Utopia.



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viernes, 27 de enero de 2023

Las ocas sagradas del río Deva

 


Los ríos, metafórica y comparativamente hablando, son como las personas: desde su nacimiento, hasta el momento de su muerte -que se produce, cuando desembocan en el Nirvana del mar o, en su defecto, en el Purgatorio de otro río más grande- siempre tienen una historia que contar.



El transcurso de su vida, al igual que el transcurso de la vida de una persona, puede devenir en relatos de amor o de desengaño; de alegrías o de tristezas. Pero a diferencia de éstos, que pronto pierden esa herencia de magia y fantasía, la vida de los ríos, es también un culto a lo insólito, donde lo común, por regla general, tiende pronto a manifestarse en algo maravilloso, que te hace sentir algo especial, cuando expandes el espíritu y te dejas llevar por el encanto de esas aguas, que, como decía el gran poeta hindú, Rabindranath Tagore, son las que realmente pulen los guijarros con su música y su canción.



Muchas son, además, las criaturas, que, atraídas por su belleza y por la generosidad de la vida que se despliega a su paso, se instalan alegremente en sus riberas, no sólo para abrevar, nadar o proveerse de sustancioso alimento, sino también, para formar un hogar y de alguna manera, no menos épica y brillante, entrar a formar parte, además, de las leyendas y de las mitologías de los hombres.



Esto toma mayor carácter, sobre todo, en algunos ríos en particular, como el Deva -que nace en las sombrías cumbres de Fuente Dé, tiene como afluente al famoso río Cares asturiano y desemboca en el mar Cantábrico- y que, en su raíz etimológica, ya lleva implícita el nombre de la Diosa: aquella benigna Magna Mater, que era adorada, hace milenios, por aquellos de origen celta, que harían de la práctica totalidad de los rincones naturales, sus verdaderos templos.



Teniendo esto en cuenta, no ha de extrañar, en absoluto, que de las diferentes especies de palmípedas que acuden de muchas partes del mundo para aparearse en las riberas de este vergel paradisíaco, que son los Picos de Europa, nunca falte la presencia, sobre todo, de las ocas, animales muy ligados a los diferentes caminos de peregrinación y por defecto, considerados como los guardianes de éstos.



Poco o en realidad, nada importa, si tales caminos se dirigen hacia Compostela, a donde acuda el peregrino a venerar las santas reliquias del Apóstol Santiago el Mayor o se introducen por cualquiera de los numerosos laberintos que discurren entre valles y montañas, llevando a estos por sendas vertiginosas, dotadas de un encanto que enaltece y emborracha los sentidos, hasta el corazón mismo de la Liébana.



Es decir, hacia el corazón de ese pequeño paraíso montañés, en cuyo cenobio más importante, el de Santo Toribio -antiguamente, San Martín de Turienzo- se venera el mayor fragmento de la Vera Cruz, elemento martirial en el que fue crucificado Jesucristo y posteriormente recuperado para la Cristiandad, mediante un sueño profético, por Santa Helena, la que fuera madre del emperador Constantino, bajo cuyo reinado se instauró la religión católica, como religión oficial del Estado.



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